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“Me preocupa el día siguiente de las elecciones”

El psicoanalista Max Hernández, secretario técnico del Acuerdo Nacional, plantea en esta entrevista la necesidad de moderar los mensajes de la campaña en la segunda vuelta y esboza un panorama de lo que fue la votación de la primera vuelta.

 Entrevista / Max Hernández

¿A QUÉ POLÍTICO sentaría en su diván?

A ninguno. La diferencia entre un psiquiatra y un psicoanalista es que a nadie “lo llevan” al psicoanalista. Ahora, sí, le puedo decir que hubo expresiones preocupantes, como decir que se va a fusilar a alguien por su inclinación sexual. No tengo duda de que hay un sector de la población que lo comparte, pero darle a eso voz y autoridad es terrible.

Bueno, hay quienes decidieron votar por Daniel Abugattás cuando éste insultó a Eliane Karp. 

No hay nada como la indignación para dar lustre a una imbecilidad que tenga el nimbo de un acto airado, un acto de fastidio con el statu quo . La violencia, el hígado, la bronca, existen; pero catapultar a la condición de líder a quien sea más capaz de insultar, me parece muy mal.

¿No debería calificarse a nadie?

Calificar a una persona de tal o cual manera va a producir un efecto. Si a mí me dicen que soy así o asá todo el tiempo voy a terminar creyéndolo. Yo puedo tener las más profundas discrepancias y reservas sobre la actuación de una persona, pero no por eso voy a insultarlo.

Usted es secretario técnico del Acuerdo Nacional. ¿Hay alguna esperanza de que éste sobreviva?

Lo interesante del Acuerdo Nacional, en cuyo foro están representados la sociedad civil, los partidos políticos y el gobierno, es que es un espacio para generar consensos aplicables. El gobierno es parte del AN, pero el AN no es parte del gobierno.

¿Cómo ha sido la participación del APRA y de UPP en el Acuerdo Nacional?

El APRA participa del AN y permanece en el foro. En cuanto a UPP, ha sido parte permanente del foro y sus representantes han asistido con asiduidad y regularidad a las reuniones. Uno de los representantes de UPP en el foro del AN, Aldo Estrada, es un congresista virtualmente electo.

¿Ha habido algún acercamiento con el Partido Nacionalista?

Hubo una presentación sobre el AN, sus implicancias, los compromisos de corto, mediano y largo plazo, etc. El Partido Nacionalista estuvo ahí y sus preguntas fueron sumamente pertinentes. La impresión que nos dio es que el AN es considerado un instrumento valioso de gobernabilidad por todos.

Incorporar y dialogar

¿Es importante que firme al AN?

Sería importante y lo hemos planteado así en todo momento. Sin embargo, debo decir que en los planes de gobierno de las dos agrupaciones que irán a la segunda vuelta, ya hay un alto porcentaje de las políticas de estado del Acuerdo Nacional.

Cuando se creó el AN, el fujimorismo no lo firmó. Ahora, ha regresado al Congreso con 13 ó 14 parlamentarios.

La sociedad peruana y el sistema político peruano están realizando importantes aprendizajes. Para que un sistema de partidos funcione tenemos que respetar la elección popular, no podemos plantear tal partido es bueno o tal partido es malo . Es un partido que ha cumplido y que ha logrado representación.

¿Usted, personalmente, sacó lecciones del apoyo al fujimorismo?

Varias. La primera es que un sector importante de la población respalda a Fujimori y el golpe de Estado del 5 de abril. Como nos señala ahora el informe de Naciones Unidas, las nociones de democracia no han enraizado en el país. Se ha creado en el imaginario peruano la falsa polarización democracia=ineficiencia, autoritarismo=eficiencia.

En realidad, también se ha dicho que los votantes humanistas son ignorantes o poco apegados a la democracia.

Mire, cuando calificamos como ignorancia aquellos signos que no sabemos leer, nos estamos equivocando. Tenemos que plantear una lectura que no nos lleve a la polarización absoluta en la cual estamos cayendo. Ciertamente, hay quienes han percibido vibraciones autoritarias en el oráculo que resulta siendo la elección. El país debe estar prevenido contra cualquier vocación autoritaria venga de donde venga.

Los electores dieron un mensaje, pero también los partidos y muchos de ellos mostraron vínculos con el fujimorismo.

Hay dos lecturas ahí: una de corte moral y otra de corte político es histórico. En esta última, sabemos que cualquier grupo que ejerció el poder durante una década va a tener remanentes.

¿No hay entonces factores preocupantes?

Lo que a mí me preocupa es que tenemos dos candidatos. Uno le dice al otro “asesino” y el otro lo llama “ladrón”. Pero uno de esos dos señores va a resultar electo. ¿Qué va pasar cuando los grupos parlamentarios que representan a estos señores tengan que ser parte de un sistema de alianzas? ¿Y cómo vamos nosotros a digerir y masticar esa realidad? Entonces, miramos esto bajo la óptica absolutamente moral de algunas personas que plantean que lo único correcto es viciar el voto.

O dejarlo en blanco.

Ni siquiera, porque las desconfianza es tal que se piensa que ese voto va a ser utilizado. Entonces se llama a votar viciado. ¿Para qué? Para crear un impase. Yo me pregunto: ¿la política es el arte de lo moralmente necesario o de lo posible?

 García, incluso, se erigió como “el mal menor” sabiendo que muchos le darán su voto “con la nariz tapada”.

Mire, si usted para votar necesita abolir el olfato, el gusto, la vista o renunciar al tacto, es un voto que no tiene ningún sentido ético. Si yo considero que en una circunstancia determinada debo votar para preservar algo valioso, pues votaré con las narices bien abiertas. No olvidemos, sin embargo que la elección se juega en ese acto inmensamente solitario de marcar en secreto, sabiendo que tengo derecho de no decirle a nadie por quién voté.

Para la segunda vuelta, García define su campaña hablando de apertura y concertación. Humala enfatiza en que no es la persona belicosa e intolerante que se supone. ¿Son estrategias correctas?

Una cosa es estar en campaña y otra es gobernar. Si lo que están planteando es cuál va a ser su manera de gobernar, bajo la lógica de las alianzas, me parece saludable. Los políticos que han pasado a la segunda vuelta cometerían un grave error si creyeran que, por haber obtenido la mayoría de los votos, van a administrar como quieran. Tienen que entender que muchos electores les darán su voto realineando su pensamiento en contradicción con sus primerísimas convicciones, otros van a votar en blanco o viciado. Además, nuevos electores se van a incorporar al padrón. Por eso, más que la segunda vuelta y el día de las elecciones, lo que me preocupa es el día siguiente de las elecciones.

¿Por qué?

Porque aquí hay dos verdades absolutas: las reformas y políticas que necesitamos trascienden un periodo de cinco años. Segundo: gobernar el país requiere concertar. Tenemos que buscar la política de los consensos sobre los disensos. Sin creer, por cierto, que la política es un picnic maravilloso en el que todos vamos a abrazarnos.

OJO CON EL MENSAJE

“Cuando calificamos como ignorancia aquellos signos que no sabemos leer, nos estamos equivocando”, advierte psicoanalista y secretario técnico del Acuerdo Nacional.

LENGUAS SUELTAS

Hernández plantea que, tanto para los políticos como para la población, será difícil concertar poco después de que unos y otros se propinaron duros calificativoss en la campaña.

Fuente: La República
Fecha: Domingo 07 de Mayo de 2006

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